Helmer, o Elmer (hablo del gruñon de los siete enanitos) volvió. Sí, con esa cara de vieja molesta. Es que tiene cinco hermanas igual de molestas, con una cara por el piso el día entero los 365 días del año, peleándose entre todas también el año entero y mirando a todo el mundo de reojo y con cara de orto. La madre era igual.
En definitiva, hablando de clásicos de chicos, si los conocés a Elmer Gruñón y a la madrastra y hermanastras de Cenicienta, entonces podés entender lo que es vivir con un Elmer Gruñón, que por momentos te hace acordar a la madrastra y hermanastras de Cenicienta.
Cómo, todos esos personajes pueden estar representados en una sola persona, no sé, pero es lo que se me ocurre cuando lo tengo cerca.
Cómo, alguién puede pasar de ser un amooor a eso, tampoco sé, pero es insoportable y absolutamente des-erotizante, obvio. Qué poco me banco la gente con cara de orto.
sábado, marzo 7
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1 comentario:
No quiero inferir a partir de la lectura entre-líneas y de una interpretación pour la galerie pero, Nina, todos tenemos "esos días de nervios" y es entonces cuando, además de la cara, cargamos con las "grabaciones" y "programaciones" familiares. ¿O no?
Mis respetos,
El Profesor
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