Despertarte, salir hacia Belgrano pero volver por el humo. Las tarjetas las pasa C.
En el auto apretás ese botón para que que no entre aire de afuera...dióxido de carbono en realidad...entra igual.
El pelo: ya no con ese olor rico de pelo recién lavado.
Los ojos: pican.
En casa: no se abren las ventanas pero ya entra por no sé dónde...
Imagino: la gente que tiene esas ventanas herméticas en su casa...qué bien deben estar...
También imagino: los que no tienen ventanas...
Imagináte: estás haciendo el fuego para un asado o prendiendo la chimenea, ponés papel de diario y antes de que agarre fuego sale un humo de la hostia: metés la cabeza en ese humo pesado blanco, gris...así es estar en Buenos Aires hoy.
Bien por: los que fueron al Congreso de Mar del Plata. Allá no hay humo.
viernes, abril 18
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